Si las abejas desaparecieran de nuestro planeta, la mitad de las especies de plantas y el 75% de los productos que consumen los humanos (incluida la carne), desaparecerían.

Si bien existen muchas personas que piensan que la tarea de las abejas es producir miel, la realidad es que su más grande función es la de polinizar una gran variedad de flores y vegetales

En los últimos años, las abejas originarias de Europa y algunos países asiáticos han reducido su población. En el caso de México, se encuentran ante un grave riesgo.

En total, aqui cinco escenarios que colocan a las abejas en una situación de peligro:

  1. El Cambio Climático. Pues al subir la temperatura, las lluvias llegan tarde, no se da la floración a tiempo, no surgen los frutos necesarios y las abejas no tienen alimento; dificultado así su labor.
  2. Los Productos Fitosanitarios. El uso de agroquímicos en las plantaciones (herbicidas, fungicidas, insecticidas, entre otros) las afecta gravemente.
  3. Enfermedades. La mayor amenaza de las abejas es un parásito llamado varroa que las chupa, afectado sus defensas. Así, contraen otras enfermedades y viven menos tiempo.
  4. Su nutrición y forma de alimentación. En años recientes, los humanos han sembrado grandes hectáreas de vegetales que no requieren de polinización, lo que provoca que las abejas deben recorrer mayores distancias para encontrar alimento.
  5. Capacitación y manejo del apicultor. Para que las abejas tengan una buena salud, es importante que el apicultor esté capacitado para su labor.

¿Cómo podemos ayudar a preservar las abejas?

Naciones Unidas publicó las siguientes recomendaciones para proteger a estos insectos y también a otros polinizadores:

  • Plantar flores portadoras de néctar, como caléndulas o girasoles, con fines decorativos en balcones, terrazas y jardines.
  • Comprar miel y otros productos de la colmena a su apicultor local más cercano.
  • Concientizar a los niños y adolescentes sobre la importancia de las abejas y expresar apoyo a los apicultores.
  • Instalar una granja de polinizadores en el balcón, terraza o jardín.
  • Conservar los antiguos prados, que presentan una mayor diversidad de flores, y sembrar plantas que produzcan néctar.
  • Cortar la hierba de los prados solo cuando las plantas nectaríferas hayan terminado de florecer.
  • Utilizar pesticidas que no dañen a las abejas, y rociarlos cuando no haya viento, ya sea por la mañana temprano o por la noche, cuando las abejas se retiran de las flores.
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