El cambio climático se refiere a los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos. Estos cambios pueden ser naturales, debido a variaciones en la actividad solar o erupciones volcánicas grandes. Pero desde el siglo XIX, las actividades humanas han sido el principal motor del cambio climático, debido principalmente a la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas.

La quema de combustibles fósiles genera emisiones de gases de efecto invernadero que actúan como una manta que envuelve a la Tierra, atrapando el calor del sol y elevando las temperaturas.

Las emisiones principales de gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático son el dióxido de carbono y el metano. Estos proceden del uso de la gasolina para conducir un coche o del carbón para calentar un edificio, por ejemplo. El desmonte de tierras y bosques también puede liberar dióxido de carbono. La agricultura y las actividades relacionadas con el petróleo y el gas son fuentes importante de emisiones de metano. La energía, la industria, el transporte, los edificios, la agricultura y el uso del suelo se encuentran entre los principales emisores.

Causas internas del cambio climático

Las causas internas son aquellas que se deben a factores dentro del planeta Tierra, tales como:

  • La deriva continental. El movimiento de las placas tectónicas en el planeta altera la posición de los continentes y acarrean cambios climáticos en ellos.
  • La composición atmosférica. La presencia de gases que destruyen la capa de ozono (permitiendo la entrada solar directa) o que impiden la eliminación de calor de la atmósfera (efecto invernadero) inciden sobre el calentamiento global.
  • Intervención humana. Según algunos especialistas la actividad industrial humana de hace siglo y medio habría arrojado a la atmósfera y a las aguas suficientes gases contaminantes como para apresurar el proceso de calentamiento global.

Causas externas del cambio climático

Las causas externas son aquellas que provienen de fuera del planeta Tierra, tales como:

  • Variaciones solares. Cambios en las emisiones de calor y energía provenientes del Sol, de acuerdo a sus ciclos estelares (11 años).
  • Variaciones orbitales. La órbita terrestre presenta levísimas variaciones que, acumuladas en el tiempo, alteran la distribución de la radiación solar sobre su superficie, permitiendo así la aparición o el fin de eras glaciales e interglaciares.
  • Meteoritos. El impacto de objetos masivos provenientes del espacio contra la Tierra es lo suficientemente poderoso para alterar el clima, elevando grandes cantidades de polvo, ceniza y gases de invernadero (GEI) a la atmósfera, pudiendo así bloquear el acceso de la luz solar durante años (una glaciación artificial) o destruir la atmósfera y permitir su entrada directa.

 

Acciones para salvar el planeta

  • Reducir el consumo de energía y utilizar fuentes renovables: Podemos reducir nuestro consumo de energía mediante la utilización de bombillas de baja energía, desconectar los electrodomésticos de la corriente eléctrica cuando no los usamos y reducir el uso del coche para trasladarnos, escogiendo alternativas más sostenibles como la bicicleta, el transporte público o el coche compartido. Además, es fundamental utilizar fuentes de energía renovable como la solar o la eólica para reducir las emisiones de gases contaminantes y el calentamiento global.

 

  • Reciclar y reducir los residuos: El reciclaje y la reducción de residuos son dos medidas esenciales para proteger el medio ambiente. Elaborar compost con restos orgánicos, separar los residuos correctamente y evitando el uso de plásticos desechables y bolsas de plástico son algunas de las acciones que podemos implementar a nivel personal.

 

  • Fomentar una agricultura sostenible: La agricultura sostenible es aquella que busca producir alimentos de manera más respetuosa con el medio ambiente y sostenible en el tiempo. Esto implica el uso de técnicas que favorezcan la salud del suelo, la biodiversidad y la minimización del uso de pesticidas y herbicidas.

 

  • Aumentar la conciencia y la educación sobre el cuidado del medio ambiente: Es fundamental que cada uno de nosotros tome conciencia sobre el impacto que nuestras acciones tienen en el medio ambiente y tomemos responsabilidad para crear un futuro más sostenible. La educación en la escuela y en la sociedad puede jugar un papel fundamental en este sentido, fomentando la sensibilización sobre el cambio climático, la biodiversidad y la protección del medio ambiente.

 

  • Mejor calidad del aire: Con la reducción de la emisión de gases contaminantes y la implementación de prácticas sostenibles, el aire que respiramos es menos tóxico, lo que se traduce en beneficios para nuestra salud.

 

  • Conservación de recursos naturales: Al adoptar un enfoque más consciente del consumo de energía y materiales, contribuimos a la conservación de recursos naturales como el agua, la madera y los combustibles fósiles. Si se usan de manera más eficiente, estos recursos durarán más tiempo y se pueden distribuir de manera más equitativa.

 

  • Protección de la biodiversidad: Las acciones que tomamos para reducir el impacto humano en el medio ambiente también reducen la cantidad de hábitats que se destruyen y, por lo tanto, los animales que se ven afectados. Para proteger la biodiversidad, es importante tomar medidas para evitar la extinción de especies y preservar los ecosistemas con la menor cantidad de impacto humano posible.

 

 

 

Please follow and like us:
0
fb-share-icon0
Tweet 0
Pin Share20